La sociedad es más consciente día a día de la importancia de aplicar sobre la piel productos sin tóxicos. Por ello, la cosmética saludable tiene cada vez más peso en las rutinas de belleza de todo el mundo. Pero… ¿en qué consiste esta tendencia estética y cómo reconocerla? Sigue leyendo para solucionar todas tus dudas.
¿Qué es la cosmética saludable sin tóxicos?
Este tipo de productos cuentan con un gran porcentaje de ingredientes naturales en sus formulaciones. Los cosméticos saludables están libres de sustancias como los perfumes sintéticos o los parabenos y, por supuesto, jamás han sido testados en animales.
Generalmente contienen aceites de plantas o extractos de origen vegetal en sus composiciones (como la manteca de Karité o el extracto de magnolia). Pero esto no significa que no puedan llevar algún componente artificial. Aunque en pequeñas cantidades y de manera completamente segura para la piel.
Un buen ejemplo es el Biological Fermento Panacea, que cuenta con una Fórmula 5 Free: sin parabenos, aceites minerales, benzofenonas, colorantes ni fragancias artificiales.
Diferencias entre cosmética saludable y natural
No debemos confundir estos dos conceptos.
No hay que entender que todos los componentes de origen natural son beneficiosos para piel y todos los sintéticos son tóxicos.
Hay ingredientes naturales que generan reacciones negativas en la dermis y componentes artificiales que la benefician en gran medida.
Solo hay que saber combinarlos de la manera correcta para sacar lo mejor de cada uno de ellos.
Existen cosméticos 100% saludables que contienen algunas sustancias creadas en laboratorio. Sin embargo, son igual (o más) eficaces sobre tu piel que cualquier producto creado en su totalidad con ingredientes orgánicos.
Esto se debe a que la normativa que tienen que cumplir los productos para ser comercializados en Europa obliga a las marcas a presentar ensayos que demuestren su eficacia antes de comenzar con la venta. Este reglamento, como habrás adivinado, se aplica tanto a la cosmética natural como a la que incorpora algunos elementos sintéticos. No obstante, tras pasar los parámetros mínimos a los que obliga la Unión Europea, luego, como es evidente, puede haber una gran diferencia entre la efectividad de unos productos y otros.
En resumen, siempre debes comprar cosmética saludable para tu piel, que no la dañe, la irrite o le genere alergias. Y, sobre todo, ¡que te deje la piel como a ti te gusta! Comparte este artículo en redes para que tus amigos conozcan las diferencias entre los distintos tipos de productos. ¿A qué estás esperando?