En un otoño especialmente seco, una de las mayores preocupaciones de las ciudades es, sin duda, la contaminación. Es obvio que un pico de polución puede afectar a nuestra salud, pero… ¿sabemos igual de bien cómo puede afectar a nuestra piel?,
Aunque lleguen unas temperaturas más bajas, siempre mantenemos el rostro al descubierto durante todo el año, por lo que la piel de esta zona es la más expuesta a las acciones perjudiciales de las agresiones del exterior. En este caso, de la contaminación.
Para que el cutis cumpla de forma efectiva su función barrera, la piel debe estar en perfecto estado. Cualquier pequeña lesión puede convertirse en una puerta de entrada para microorganismos y sustancias tóxicas. Las pequeñas partículas que forman la polución pueden no solo ser las causantes de las imperfecciones que generen las lesiones, sino que también son parte de esas sustancias capaces de penetrar en la piel y perjudicarla desde dentro.
Las moléculas de la polución están dispersas en el aire de las grandes ciudades (sobre todo en los momentos de sequía y de viento escaso) y son capaces, gracias a su pequeño tamaño, de introducirse por los poros de la piel. No obstante, también hay suspendidas en el aire partículas más grandes que, sin poder penetrar en la dermis, son capaces de ensuciar nuestra cara y generar el caldo de cultivo perfecto para las imperfecciones.
¿Qué efectos produce la contaminación en la piel?
Después de explicarte muy por encima en qué puede afectar la contaminación a tu piel, vamos a profundizar un poco más en cada uno de los niveles en los que genera estragos.
A nivel superficial
El primer y más claro efecto de la polución en tu piel es la suciedad. Tu cutis segrega grasa y sudor de forma natural, lo que hace que las partículas contaminantes queden literalmente pegadas a tu cara. Esta mezcla cubre los poros, ensuciándolos y evitando que la piel pueda oxigenarse con normalidad.
Las células muertas no tendrán tanta facilidad para disgregarse, por lo que la velocidad de renovación celular disminuya. Esto deriva en un engrosamiento de la piel, que poco a poco se verá más apagada y rugosa.
A nivel interno
¡Y aún queda lo peor! Con una piel más sucia y menos oxigenada disminuye el riego sanguíneo en la zona. Además, los radicales libres de la contaminación podrán dañar la producción de colágeno y elastina de las células dérmicas, lo que hace que la piel en su conjunto pierda firmeza y elasticidad.
La sequedad y las inflamaciones cutáneas son también problemas típicos de las pieles expuestas a la contaminación de las grandes ciudades. Todo ello fomenta la aparición de arrugas y manchas en el cutis.
Cómo combatir los efectos de la polución en la piel
Calma. No queremos ser catastrofistas. Hay fórmulas para luchar contra los efectos de la contaminación en la piel. La primera y más importante de todas es la higiene.
Debemos limpiar nuestro rostro dos veces al día, por la mañana y por la noche. Si llevamos maquillaje o productos cosméticos muy grasos, será necesaria una doble limpieza facial, sobre todo por la noche.
Por otra parte, se pueden utilizar productos cosméticos ricos en vitamina C, capaz de aportar vitalidad a la piel y de luchar contra las arrugas y la flacidez. El sérum Cellmax C de Suiskin es perfecto para estos casos, pues además es muy potente contra la hiperpigmentación.
Otra forma de desintoxicar tu cutis es con una dieta detox para la piel, una fórmula infalible para la eliminación de toxinas de la dermis. Y si todo esto lo combinas con un estilo de vida saludable, ¡lo tienes hecho!
Como ves, con unas simples rutinas de cuidado facial puedes hacerle frente a la contaminación en tu piel. ¡Tú puedes!