Rojeces, sequedad, descamación y tirantez pueden delatar a una piel reactiva. Las características genéticas de este tipo de dermis (que padecen una de cada tres mujeres) las hacen reaccionar de manera exagerada ante unos estímulos que no generan problema alguno en un cutis normal. ¿Es tu caso? Pues sigue leyendo para saber cómo cuidarla con mimo.
El origen de la reactividad de la piel
Tener la piel reactiva se debe a diferentes causas. Una de ellas es medioambiental y tiene que ver con el calor, el frío, el sol, los cambios bruscos de temperatura o la contaminación. El contacto o aplicación de un ingrediente poco tolerado, agua muy dura o ciertos tejidos también pueden provocar molestias en la dermis. Pero también el debilitamiento de los vasos sanguíneos por la acción de ciertos factores internos, como la ingesta de comida picante o alcohol, es un signo de este padecimiento.
Tratamiento para las pieles reactivas
Una vez que ya conoces los síntomas que delatan este tipo de piel es necesario establecer cuáles son los cuidados más recomendados para llevar la rutina de belleza adecuada. Y es que si no usas los productos correctos, la sensibilidad de tu piel podría ir a más empeorando con el tiempo.
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Exfoliación suave
En primer lugar, y tengas la dermis que tengas, la limpieza debe ser siempre el primer paso en tu rutina de cuidado facial. Sin embargo, los productos que utilices para este fin deben adaptarse a tu tipo de piel. Si es tu caso, opta por exfoliantes muy suaves y delicados. Igual ocurre con los jabones, que deben ser poco agresivos y siempre hipoalergénicos. Así pues, usando este tipo de limpiadores podrás evitar una sensibilidad mayor.
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Ingredientes calmantes
En los casos de pieles reactivas e intolerantes, la aplicación de ingredientes que calmen y normalicen su apariencia son de uso casi obligatorio.
La flor de loto o la manteca de karité son perfectos como calmantes. Además, su efecto antiinflamatorio resulta ideal para los casos de enrojecimiento cutáneo.
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Hidratación
Mantener la dermis hidratada es clave para mejorar el aspecto de aquellas que tienen esta condición. Si de por sí este tipo tiende a la descamación y la sequedad, si no se aplica algún producto para mantener el equilibrio hídrico, el resultado puede ser un cutis más alterado y con peor apariencia.
De las cremas para pieles sensibles y reactivas, la hidratante Biological Fermento Cream de Suiskin está especialmente indicada. ¿Por qué? Pues muy sencillo. Esta crema no solo hidrata y nutre, sino que refuerza la función barrera de la dermis para protegerla de agresiones externas. De hecho, cuanto más dañado esté el cutis antes de comenzar el tratamiento, más se notarán los cambios tras pocas semanas de uso.
Ya sabes: limpieza suave, mucha hidratación e ingredientes con poder calmante. ¡Y si tienes la piel reactiva lucirá perfecta! Si quieres más trucos de belleza para mantener un cutis radiante, no dejes de suscribirte a nuestra newsletter. ¡Tu dermis lo agradecerá!