Si alguna vez en la playa ves bañarse a una mujer asiática con sombrero y manga larga… No te extrañes. O si en Seúl ves que en un día sin una sola nube las mujeres van con paraguas en la mano… tampoco te extrañes.
Para todas las asiáticas, pero muy especialmente para las coreanas, protegerse del sol es un hábito muy arraigado y que siguen de forma rigurosa. No sólo en verano, sino todos los días. Clara Kwon, responsable de marketing internacional de Suiskin (y con una piel de porcelana) explica que ella lleva siempre su protector solar en el bolso y lo reaplica cada dos horas, ¡siempre! Incluso cuando está en la oficina, puesto que los rayos UVA que penetran a través de las ventanas también afectan a la piel.
No cabe duda que la protección solar diaria y constante es la clave de una piel perfecta para las mujeres coreanas – y una costumbre a imitar en muchos aspectos. No sólo por belleza, sino también por salud: las cifras de cáncer de piel no dejan de aumentar en España.
¿Cómo consiguen esta protección solar que tan buenos resultados reporta?
- Usan protectores físicos en forma de sombreros, sombrillas, paraguas y ropa con índice de protección solar cuando se encuentran al sol largo tiempo.
Renuncian al bronceado. Su canon de belleza es el de una piel inmaculada. - Usan cosméticos con activos reguladores de la pigmentación. Ingredientes tales como la niacinamida, de acción pro-luminosidad, o como la vitamina C, el auténtico “súper héroe” contra las manchas, son básicos en sus rituales de tratamiento. No es casualidad que venga desde Corea el tratamiento con el porcentaje de vitamina C más alto en España, la ampoule o concentrado de sérum Cellmax C de Suiskin.
- Usan BB Cream a modo de maquillaje, que tienen no sólo un elevado índice de protección anti UVB, sino también contra los rayos UVA, los causantes de la degradación del colágeno y la elastina y que se mantienen estables todo el año.
- El paso final de su rutina de tratamiento de día es siempre un protector solar de amplio espectro, que aplican allí donde la piel está expuesta. No sólo en el rostro, sino también en manos y escote y, como comentábamos unas líneas más arriba, con reaplicación constante.